¿Te ha pasado que sientes que estás en un trabajo por que es “lo que sigue” y que es lo que tienes que hacer pero hay algo que no te hace click?

Si tu respuesta es “si”, sigue leyendo.

Es posible que estés experimentando cierto grado de incomodidad o si exageramos un poco, puedes estar sintiéndote como un extraterrestre en tu trabajo. Esto puede deberse a muchos factores, como:

  1. Si estás iniciando tu primer trabajo;
  • Estás viviendo una etapa nueva de tu vida, pasando de ser estudiante a un adulto con más responsabilidades, y las responsabilidades asustan, pero tranquila que  todo estará bien. Toda nueva experiencia da miedo pero trae grandes beneficios y aprendizajes.
  • Las actividades que estás llevando a cabo sólo las habías visto como teoría en la universidad (o no ) y llegó la hora de llevarlas a la práctica desde competencias como trabajo en equipo hasta conocimientos técnicos de tu carrera. En pocas palabras estás, estás en una etapa de adaptación.
  1. Si ya llevas un tiempo considerable pero;
  • Te estás dando cuenta de que algunos de tus valores no concuerdan con los de la empresa o tu lugar de trabajo
  • Hay situaciones que te hacen sentir incómoda como tu sueldo, mala distribución de actividades entre tus compañeros,  malos tratos, situaciones éticas etc. 
  • Simplemente te diste cuenta que no es el lugar para ti, no te sientes cómoda ni en el ambiente ni con tus actividades, definitivamente te visualizas haciendo algo completamente diferente.

Si te sientes identificada con alguna de las situaciones anteriores, te cuento que no estás sola. Y vamos a tocar algunos de los factores por los que esto podría estar pasando, así cómo acciones que pueden ayudarte a cambiar esta situación desde tu trinchera. 

Pero antes te dejo aquí algunos datos importantes, ¿sabías qué?

  • 52% de la población en méxico son mujeres
  • 50% de los estudiantes de educación superior que se graduaron son mujeres 
  • De las mujeres con posibilidades de trabajar solo el 41% se encuentra económicamente activa
  • Por cada 3 hombres, una mujer ocupa un puesto de liderazgo dentro de la administración pública

Teniendo esto en mente y tomando en cuenta el contexto social en el que vivimos en México, dónde las mujeres hemos ido “ganando” derechos que los hombres tenían por sentado como estudiar y trabajar, ocupar posiciones de liderazgo o invertir,  cuando las mujeres se pensaban solo para el hogar y cuidar a los hijos. 

Y tanto hombres como mujeres, estaban acostumbrados a hacer lo que “se tenía que hacer” estudiar una carrera, trabajar en un mismo lugar para toda su vida, casarse y tener hijos. Y hablando desde un contexto empresarial, se valoraba más el tiempo trabajado que los resultados o buscar tener una vida balanceada. Esto ha ido cambiando con el tiempo, sin embargo las estadísticas siguen mostrando en desventaja a las mujeres en cuanto derechos y equidad de oportunidades. 

Es importante mencionar que estoy hablando desde la generalidad, y a partir de conversaciones recientes con mujeres en mi entorno. 

El sistema ha sido moldeado de esa forma, y muchas veces nuestros pensamientos y creencias sobre lo que podemos hacer o no también, de forma inconsciente. Con esto, sabemos que hay muchas cosas fuera de nuestro control como la forma de pensar de los demás así como sus acciones. Pero hay mucho sobre lo que, cómo mujeres podemos tomar acción, cómo identificar las creencias sobre las que basamos nuestras decisiones.

Hablar de dinero es malo o superficial

Por la forma en cómo hemos sido educadas y la cultura que nos acompaña desde el pasado, las mujeres no estamos acostumbradas a ser remuneradas de forma justa o incluso al ser amas de casa a no ser remuneradas en absoluto, pero sí a trabajar más de 48 horas a la semana. Estamos acostumbradas a pensar que el dinero es “malo” o que es cosa de hombres-

Añadiendo que la brecha de género aún existe. Y con esto me refiero a que las empresas no ofrecen las mismas oportunidades a las mujeres que a los hombres, siendo que una mujer ganaría 13.5% menos sueldo que un hombre por una posición con las mismas funciones.  Normalmente nos es incómodo hablar de dinero y aún más pedir que se nos de un sueldo justo y por ende aceptamos sueldos menores a lo que un hombre con la misma función. 

Qué incómodo tener conversaciones directas

La cultura nos ha enseñado que las mujeres normalmente estamos tras bambalinas, y que no somos las tomadoras de decisiones ni las que manejan el dinero en las empresas, en sus casas y muchas veces ni las nuestras. Y a su vez, evitamos las conversaciones directas que pudieran resultar un tanto incómodas. Pero la única manera de romper con esa parte del sistema es creer que nosotras somos las únicas responsables de abrir los espacios para pedir lo que queremos y necesitamos, y sobre todo de estar convencidas de que lo merecemos. 

¿Qué puedes hacer en tu trabajo para tomar las riendas de tu situación?

  • Hablar de dinero, investiga cuál es tu valor en el mercado, habla con hechos y resultados, atrévete a pedir el sueldo que mereces. O si estás en búsqueda asegúrate de buscar oportunidades a fines a ti y a lo que vales.
  • Atrévete a pedir la oportunidad que siempre has querido, a abrir esa conversación, prepárate para que llegue, no temas a decir lo que piensas, no importa que vayas empezando tu carrera. Tu eres la única que puede abrir el espacio para que lograr lo que realmente deseas, ya que nunca llegará si te quedas esperando a que llegue solo o alguien te lo dé.

Inspiración y recursos para profundizar

Podcast Más allá del rosa- Mujeres, poder y dinero con Bárbara Arredondo

Libro Untamed– Glennon Doyle

Ejercicio para profundizar

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